La salud mental se trata de cómo nos sentimos y pensamos en nuestro interior. Es como cuidar nuestras emociones y pensamientos, al igual que cuidamos de nuestros cuerpos. Cuando nuestra salud mental es buena, nos sentimos felices, tranquilos y capaces de lidiar con los altibajos de la vida. Pero a veces, al igual que nuestros cuerpos pueden enfermarse, nuestras mentes también pueden tener problemas. La salud mental implica comprender y cuidar de nuestros sentimientos, pensamientos y encontrar formas de obtener ayuda si no nos sentimos bien emocionalmente.
Algunas señales incluyen cambios en el estado de ánimo, el comportamiento o los patrones de sueño, el aislamiento social, dificultad para concentrarse, pérdida de interés en actividades que anteriormente disfrutaba y cambios en el apetito. Si experimentas varios de estos síntomas durante un período prolongado, es importante buscar apoyo.
Elegir a una persona en quien confíes es crucial. Explicar tus sentimientos y preocupaciones de manera honesta y abierta puede ayudarte a recibir apoyo. Muchas personas se sorprenden al encontrar comprensión y apoyo cuando comparten sus problemas de salud mental con amigos, familiares o profesionales de la salud.
Los problemas de salud mental no deben ser ignorados. Los profesionales de la salud mental están capacitados para brindar el apoyo adecuado y las estrategias de tratamiento necesarias para mejorar la salud mental. Buscar ayuda profesional temprano puede prevenir que los problemas empeoren y facilitar una recuperación más rápida.
Mantener una buena salud mental implica cuidar tu bienestar emocional y físico.